¿Qué hacer si usas lentillas y tienes conjuntivitis?

lentillas conjuntivitis

Uno de los mayores riesgos a los que nos enfrentamos si usamos lentillas diariamente y, sobre todo, si lo llevamos haciendo durante muchos años son las infecciones. La más común es la conjuntivitis, una de las posibles causas de que nuestros ojos se vuelvan rojos.

La principal causa de la conjuntivitis son infecciones bacterianas, como en el caso que hablamos, aunque también puede producirse por agentes químicos presentes en el ambiente (polvo, humo, polución…) o puede tener un origen viral (es una enfermedad bastante contagiosa).

Además del picor y el color rojizo, otro de los síntomas habituales son el lagrimeo constante, ardor y, en algunos casos, sensibilidad a la luz. Si la afección es bacteriana, el ojo puede segregar mucosidad amarilla o verde mientras dormimos.

En cualquiera de los casos, la conjuntivitis no es ninguna afección seria siempre que sea leve y esté controlada. Por eso, recomendamos acudir a tu oftalmólogo para realizar una exploración ocular en función de los síntomas que estén presentes. Si es bacteriana, también serán necesarias pruebas para identificar qué tipo de agente es.

Debido a su alto índice de contagio, es muy importante lavarse bien las manos con jabón antiséptico y utilizar toallas de papel antes de proceder a la limpieza del ojo (en caso de que sea bacteriana y genere mucosidad).  Una vez que tengamos la sospecha o la certeza de que puede tratarse de conjuntivitis, es muy importante no acercar elementos extraños al ojo y, obviamente, evitar el uso de lentillas o maquillaje.

El tratamiento, en cualquier caso, suele ser a base de gotas oftalmológicas con corticoesteroides, geles o pomadas y suele prolongarse durante una semana. Generalmente, la conjuntivitis se acaba curando sola sin mayores complicaciones, pero es importante la visita al oftalmólogo precisamente para evitar riesgos innecesarios o contagios.

Riesgos del uso de lentillas: la conjuntivitis

Si somos usuarios de lentillas, uno de los riesgos a los que nos enfrentamos día a día es a la posibilidad de desarrollar conjuntivitis. La principal causa de la conjuntivitis son infecciones bacterianas, muy factibles si manipulamos nuestras lentillas, si la desinfección previa tanto de nuestras manos como de las propias lentes. Además, el mero hecho de colocarnos las lentillas puede posibilitar la entrada al ojo de suciedad y bacterias que nos puedan infectar.

Pero la conjuntivitis también puede venir provocada sin tener nada que ver con nuestras lentillas, puesto que es una enfermedad altamente contagiosa. Además, puede producirse igualmente por agentes químicos presentes en el ambiente o tener un origen viral.

Las  lentillas son propensas a ensuciarse con facilidad, ya que toda la materia suspendida en el ambiente (partículas, polvo, humo, etc..) se queda pegada a ellas y hasta que no las aclaramos con la solución salina, es probable que toda esta suciedad se mantenga ahí, pegada a nuestro párpado.

Tipos de conjuntivitis

Como decimos, conjuntivitis y lentillas no siempre van unidas. Existen diversos tipos de conjuntivitis y es importante aprender a diferenciarlos para conocer las posibles causas y los tratamientos más adecuados para cada una de ellas.

En ocasiones los síntomas son similares, pero casi siempre podemos encontrar variaciones que nos dan pistas sobre el origen de la infección. Del mismo modo que no se tratan igual todos los problemas de salud o agresiones a nivel bucal o de la piel, tampoco podemos presuponer un tratamiento cualquiera para los ojos.

Conjuntivitis alérgica

Una de las características principales en la conjuntivitis es la inflamación ocular. En un principio, en este caso podemos descartar la relación entre conjuntivitis y lentillas -salvo que presentes un rechazo o alergia a las lentes de contacto-.

Si sufres alergia a algunos elementos difíciles de evitar, como pueden ser el polvo, los ácaros o el polen, entre otros, habrás padecido esta dolencia con total seguridad. No obstante, los expertos aseguran que la inflamación provocada por alergias suele desaparecer sin ningún problema a los pocos días de concluir el contacto con el alérgeno en cuestión.

Irritación conjuntival

Uno de los tipos de conjuntivitis más comunes es la denominada irritación conjuntival. En realidad, en este caso no hablamos de una conjuntivitis como tal, sino de determinados factores que propician la aparición de los mismos síntomas que se presentan ante la infección.

La entrada de cualquier cuerpo en el ojo, un golpe, el contacto con sustancias químicas y el consumo de algunos tipos de fármacos o de drogas, tienen mucho que ver con esta dolencia. En este caso sí puede existir relación entre conjuntivitis y lentillas, puesto que es un objeto extraño que puede llegar a causar irritación.

Conjuntivitis vírica

Aunque la conjuntivitis en general resulta contagiosa, cuando hablamos de conjuntivitis vírica nos estamos refiriendo a uno de los tipos de conjuntivitis más perjudiciales en este sentido. Una conversación a poca distancia en espacios cerrados, un estornudo o la propia tos, pueden convertirse en agentes de contagio con mucha facilidad.

Suele aparecer de la mano de cualquier virus, desde un resfriado a otras infecciones que revisten mayor gravedad. También presenta mayor duración que otras tipologías, ya que estamos hablando de un plazo aproximado de un par de semanas desde la contracción del virus.

Conjuntivitis bacteriana

La conjuntivitis bacteriana no tiene por qué estar relacionada de manera directa con las lentillas, aunque, tal y como hemos comentado al principio de este artículo, se trata de uno de los factores que pueden propiciarla. ¿Por qué? Porque si no mantenemos una higiene a la hora de manipular nuestras lentes de contacto, podemos traspasarles cualquier bacteria.

El contagio en este caso es más complicado, ya que es necesario el contacto físico para que tenga lugar; sin embargo, los síntomas son, probablemente, los más incómodos y desagradables entre todos los tipos de conjuntivitis: irritación, lagrimeo constante, enrojecimiento y secreciones amarillentas o verdes y pegajosas. ¿Su duración? Por lo general, algo más de una semana.

Conjuntivitis por lentes de contacto

Lo cierto es que conjuntivitis y lentillas pueden aparecer habitualmente unidas, pero no existe un tipo de conjuntivitis cuya causa resida exclusivamente en las lentes de contacto. Pueden estar relacionadas con cualquiera de los casos señalados, sobre todo cuando hablamos de irritación conjuntival o de infecciones bacterianas, pero no existe de manera directa la conjuntivitis por lentes de contacto, salvo cuando hablamos de la aparición de alergias al propio instrumento.

Síntomas y tratamiento de la conjuntivitis

Los síntomas de la conjuntivitis suelen variar dependiendo del origen de la enfermedad. Pero tienen algunos patrones comunes como enrojecimiento, aumento de lágrimas, secreciones oculares de color transparente, amarillo, blanco o verde, picor en los ojos o sensibilidad a la luz. En algunos casos también puedes llegar a notar dolor.

La mayoría de los casos de conjuntivitis son leves y suelen mejorar al ser tratados. Sin embargo, tienes que seguir a rajatabla las instrucciones de tu oftalmólogo, que será el encargado de darte el tratamiento correcto más adecuado a tu caso y supervisar su curación. ¡Nunca debemos automedicarnos!

¿Se puede prevenir la conjuntivitis?

En la mayoría de casos se puede prevenir la conjuntivitis con relativa facilidad, solamente debes tener en cuenta ciertas pautas que te ayudarán a mantener una higiene ocular adecuada, como son las siguientes:

  • Conjuntivitis y lentillas disminuyen la posibilidad de relacionarse si te lavas las manos antes y después de manipular tus lentes de contacto. También si las cambias cuando corresponda.
  • También se puede prevenir la conjuntivitis utilizando productos adecuados y de calidad para el cuidado personal y la higiene, como jabones o cosméticos, ya que de lo contrario pueden producir irritación.
  • Si la conjuntivitis que presentas tú o alguno de tus contactos es vírica o bacteriana, lo más recomendable es que no mantengáis contacto físico y que os protejáis ante estornudos, bostezos y toses. Tampoco deberíais compartir elementos como sábanas o toallas mientras dure la infección.
  • Si tienes la costumbre de frotarte los ojos has de saber que es un hábito relacionado con algunos tipos de conjuntivitis como consecuencia de la irritación, la higiene o las infecciones. Trata de evitarlo.
  • Por último, evita los alérgenos si suelen causarte reacciones de este tipo. Aunque es la opción más compleja, es la mejor muestra de que se puede prevenir la conjuntivitis.

Soluciones y remedios para la conjuntivitis

Existen diversas soluciones para la conjuntivitis, pero la función principal de todas ellas es reducir los síntomas y las molestias y, siempre que sea posible, disminuir la duración de la dolencia, ya que se trata de un problema que generalmente desaparece por sí solo.

También en la naturaleza se pueden encontrar remedios para la conjuntivitis, pero lo mejor es recurrir siempre a un especialista para que nos indique cómo debemos proceder.

¿Se pueden usar lentillas después de la conjuntivitis?

Una de las preguntas más frecuentes entre los usuarios de lentes de contacto es si se pueden usar lentillas después de la conjuntivitis. La respuesta es que, por supuesto, bajo ningún concepto deberías recurrir a ellas durante la infección y que, en los días posteriores, lo ideal es continuar evitando su uso para esperar a que la curación sea total.

Operarse de miopía reduce el riesgo de conjuntivitis por infecciones

Como ya hemos dicho, el hecho de usar lentillas en nuestra vida diaria es un riesgo habitual para desarrollar conjuntivitis. Por eso, la mejor prevención es dejar de usarlas y no depender de nada para tener una visión sin defecto. En estos casos, lo mejor es operarse de miopía en IOTT.

Con nuestra tecnología, en una intervención de apenas un minuto, podrás corregir cualquier defecto refractivo del ojo, ya sea miopía (la más habitual), hipermetropía o astigmatismo. De esta manera recuperaremos totalmente la independencia. Ya no habrá que estar al tanto de limpiar correctamente las lentillas, preocuparnos a la hora de bañarnos o hacer deporte con total libertad.  Y por supuesto, diremos adiós al riesgo de desarrollar conjuntivitis por una mala higiene o un mal uso de las lentillas.

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