Siempre se presta atención al envejecimiento de la piel, por lo evidente de cómo acusa el paso del tiempo. Y hay multitud de soluciones para cuidarla y miles de productos destinados a extender el máximo posible su longevidad. Pero los ojos son también unos de los órganos que antes muestran signos de envejecimiento y los que comúnmente (y erróneamente) se presta menos atención.
De hecho, los españoles somos los europeos que menos nos preocupamos por la salud visual y ni siquiera un 10% acude a revisión periódica. Y es algo que tenemos que cambiar urgentemente ya que, con el paso del tiempo, es importantísimo cuidarse la vista antes de que podamos desarrollar patologías irreversibles y perder así parte (o la totalidad) de nuestra visión. Debido a estos datos, hemos experimentado un aumento de enfermedades como la diabetes y la hipertensión.
Eso sí, el deterioro es algo natural y en muchos casos, inevitables. Pero al igual que nuestra piel, con el debido tratamiento y cuidado se puede ralentizar su degeneración y curar cualquier defecto visual que sea reversible.
Presbicia o vista cansada
Es el trastorno ocular más frecuente entre las personas de 45-65 años en nuestro país. Afecta aproximadamente al 80% de la población. Debido a ello, cada vez enfocamos peor de cerca. Esto es porque, con el paso del tiempo, el cristalino va perdiendo flexibilidad y, con ello, la capacidad de modificar la curvatura y enfocar correctamente. Afecta progresivamente a «ver de cerca» y posteriormente a distancias intermedias si no es tratada a tiempo. Otros síntomas son el cansancio visual o los dolores de cabeza.
Se trata habitualmente con gafas pero por suerte, en IOTT contamos con la tecnología más avanzada en el tratamiento para la vista cansada y podemos operar la lente que ha perdido su función con cirugía láser. De esta manera, en apenas 5 minutos podremos solucionar nuestros problemas de visión y olvidarnos de las gafas a pesar de la edad.
Sequedad ocular
El síndrome del ojo seco se produce cuando hay una deficiencia en la cantidad o calidad de la lágrima natural y, en consecuencia, no se mantiene correctamente lubricado. Además de la edad, vivir en ambientes con contaminación o los cambios hormonales favorecen la desaparición de las lágrimas. Haber llevado lentillas durante mucho tiempo también es un factor de riesgo.
Esta es una patología sin solución total. Se trata habitualmente con lágrimas artificiales o en algunos casos extremos con tratamientos de regeneración lagrimal.
¿Qué hacer para evitar el envejecimiento ocular?
Lo más importante, tanto como para cuidar los ojos como a nosotros mismos es tener hábitos de vida saludables. Practicar ejercicio y llevar una dieta equilibrada sin excesos además de contribuir a que nuestro cuerpo se mantenga joven por más tiempo, también aporta a nuestra salud ocular. Una dieta rica en vitaminas. A (zanahorias, brócoli, espinaca, calabaza…), B (cereales, frutos secos…), C (cítricos, pimientos, fresas…) y E (espárragos, lechuga, guisantes…) reducirá el riesgo de desarrollar enfermedades oculares relacionadas con la edad, como la degeneración macular, las cataratas y la sequedad. Otros alimentos como los ácidos grasos Omega 3 (presentes en el pescado azul) protegen de la degeneración macular y el síndrome de ojo seco.
Y por supuesto, cuidar nuestra exposición a pantallas. La recomendación es limitar su uso y el que pasamos en espacios con luz artificial y ampliar nuestro campo de visión en espacios abiertos al aire libre.
Equipo IOTT