Es bien sabido que para mantener sano todo nuestro cuerpo necesitamos seguir unos hábitos de vida saludables, cuidar nuestra alimentación y reducir en el medida de lo posible nuestro estrés. Esto también afecta de manera a nuestros ojos, que necesitan de todos estos componentes para mantenerse lejos de enfermedades y de la progresiva degeneración.
Pero es el excesivo uso que hacemos de aparatos con pantallas LEDs el que cada vez está mermando la salud ocular de la población. Se ha demostrado que tiene una incidencia directa en el envejecimiento tanto ocular como de la zona alrededor de los ojos. Es decir la propensión a la aparición de bolsas y ojeras.
La tecnología LED de los dispositivos digitales (como los smartphones, tablets u ordenadores) emiten luz con una elevada proporción de longitud de onda corta, lo cual ha sido probado como muy perjudicial para nuestra salud. Según estudios recientes, influyen directamente en la reducción en el número de células de nuestra retina. Así como provocan una disminución en la expresión de los genes implicados en la prevención de la muerte celular. Es decir, nuestros ojos (y la zona periocular) envejecen a mayor velocidad cuanto más estamos expuestos.
Este caso es mucho más grave en los más pequeños, puesto que están acostumbrados a pegarse mucho más a la pantalla por lo que pueden llegar a recibir hasta 3 veces más luz de longitud de onda corta. Los investigadores de la asociación Childwise estimaron que los niños entre 5 y 16 años invertían más de 7 horas diarias viendo pantallas LED (televisión, ordenador o tablet) por lo que su desarrollo ocular se puede ver severamente afectado.
De hecho, es cada vez más habitual la aparición de enfermedades degenerativas con un desarrollo prematuro como puede ser la vista cansada o la DMAE. Además, el mal uso de la tecnología ha provocado que, en los últimos años, haya aumentado la miopía entre los jóvenes, llegando a situarse en un 44% y con una previsión del 50% para el 2020. Es obvio que en la sociedad que vivimos es utópico pensar en una vida sin pantallas o sin smartphones, pero desde luego debemos limitar bastante más su uso. Sobre todo a los más pequeños. Porque aunque nosotros contemos con la mejor tecnología para solucionar tanto problemas de miopía como vista cansada… siempre es mejor prevenir que curar.
Equipo IOTT