Gafas para hacer deporte: ¿cuándo hay que usarlas?

Estas son un recurso visual para proteger los ojos y mejorar el rendimiento deportivo. Están hechas de policarbonato, trivex y recubrimientos protectores. Revisa el ‘Caso Davids’.

Es impensable practicar deporte – y más el considerado de élite – con gafas convencionales, ¿a qué sí? ¿Tú también lo ves así? Un balonazo, una caída o un golpe fortuito, por ejemplo, repercutiría desfavorablemente sobre la lente, hundiéndola o rompiéndola. Estos efectos negativos acabarían dañando los ojos, como consecuencia más directa y dañina. Por lo tanto, es inviable usar las gafas tradicionales mientras se realizan prácticas deportivas.

A lo largo de la historia del deporte, han ido apareciendo casos de deportistas que han usado gafas deportivas durante su trayectoria. Se le da validez a este recurso óptico, que no es muy habitual, pero no ha de resultar extraño, no tiene por qué serlo. De hecho, las reglas y normas deportivas aceptan y admiten el uso de esas gafas. Veamos algunas de esas regulaciones:

  • Fútbol. La FIFA permite el uso de gafas deportivas, siempre y cuando no supongan un riesgo ni para el que las lleva puestas ni para su rival. Las gafas no pueden ser de cristal, deben estar compuestas de materiales no dañinos, como el plástico.
  • Baloncesto. La NBA, otra institución de prestigio, permite el uso de estas lentes deportivas. Al igual que el fútbol, estas no han de atentar contra la integridad del deportista y siguen los criterios del balompié en cuanto al material utilizado.
  • Artes marciales y boxeo. No son nada habituales. Raramente se ven, aunque sí es cierto que existen. De manera casi excepcional, esas lentes deportivas irían adjuntas a otro elemento protector, como por ejemplo el casco.
  • Hockey sobre hielo. Las gafas deportivas se colocan entre la cara y el elemento de protección que cuidan el bienestar y la salud del rostro.

La presencia y el uso de lentes especiales está asimiladas e integradas en deportes como la natación, el ciclismo, el duatlón o prácticas que promuevan el hecho de correr.

En rugby, por ejemplo, hay una modalidad que se adapta a las necesidades especiales de jugadores que carecen de una vista idónea y adecuada. El rugby goggles es una realidad en la rama de este deporte.

Para los amantes del fútbol, ¿quién no se acuerda del boom que supuso la aparición de Edgar Davids? El mediocentro neerlandés, que militó en el Milán, Juventus de Turín o Futbol Club Barcelona, entre otros equipos, irrumpió con lo nunca visto hasta entonces, unas gafas deportivas para jugar al fútbol. Estas fueron protagonistas en el videojuego FIFA 2003, de EA Sports.

De qué están hechas y qué características tienen

Los tiempos, sujetos a los avances de estilos, modas, tendencias y a la tecnología punta, han ido cambiando, afortunadamente. A su vez y en ese mismo sentido, los recursos ópticos han ido también progresando. Para hacer deporte, el vidrio se obvia, evidentemente. En la actualidad, la estructura viene determinada por las monturas, con el resistente y duradero policarbonato la flexibilidad del nylon y la comodidad y elasticidad de la goma; las lentes, con policarbonato, que es muy resistente al impacto y trivex, con mayor calidad óptica y los recubrimientos, que comprenden protección contra los rayos ultravioletas, materiales antirreflejantes contra los efectos del sol, los revestimientos hidrofóbicos, para repeler el agua en deportes acuáticos o en ambientes lluviosos, los revestimientos contra los arañazos y los tintes para rebajar el deslumbramiento en disciplinas como el esquí o la pesca.

Abarcan rasgos distintivos porque están pensadas para afrontar necesidades especiales, puntuales y excepcionales, como la disputa de un partido o la realización de una carrera. Se componen y se estructuran de manera diferente. Por ello, las graduadas, no son excesivamente económicas.

Se han de usar, en primera instancia, porque protegen y cuidan los ojos durante actividades deportivas de deportistas que no toleran el uso de lentillas. Paralelamente, el rendimiento deportivo mejora, al verse ampliado y mejorado el campo visual. Por lo tanto, protegen, cuidan y previenen.

Han de tener las siguientes características:

  • Resistentes a los impactos
  • Con un ajuste seguro
  • Ventilación adecuada
  • Campo de visión adecuado
  • Ligereza y comodidad

Se tiende a concebir la gafa deportiva como una lente de sol, única y exclusivamente. De hecho, si se realiza una investigación por Internet, al introducir ‘gafas deportivas’, lo habitual es que se produzca una derivación hacia lentes oculares y solares, Sin embargo, ese recurso óptico comprende otros muchos sentidos. Davids, por ejemplo, debía usarlas porque se le diagnosticó y se le trató, posteriormente, un glaucoma, incompatible con el uso de lentillas.

En el deporte, la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, consideradas defectos refractivos, generalmente, se pueden corregir con lentillas (previamente, consúltaselo a un especialista). Las gafas deportivas entran en juego cuando las necesidades visuales del afectado son otras, más excepcionales, o cuando la normativa del deporte en cuestión se lo permite y el deportista se adapta a esta regulación.

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