¿En qué consiste la operación de presbicia?

La operación de presbicia o vista cansada, que se realiza bajo anestesia local y dura aproximadamente cinco minutos, consiste en sustituir el cristalino por una lente intraocular con un diseño multifocal. Se trata de una intervención sin dolor, con una rápida recuperación y cuyos beneficios son definitivos.

Se puede realizar una microcirugía para la implantación de lentes que mejoran la visión o usar la tecnología del láser Catalys con el sistema PresbyMax.

¿Por qué se opera la vista cansada?

La vista cansada o presbicia es una condición óptica y visual que se desarrolla como consecuencia del envejecimiento del cristalino, la lente natural que tenemos dentro del ojo, por detrás de la pupila y por delante de la retina, que se encarga de conseguir una enfoque optimo de las imágenes. Gracias a los avances médicos y a las herramientas innovadoras para su intervención este problema desaparece casi por completo.

Esta operación ofrece calidad de vida a los pacientes y recuperar autonomía.

Es evidente que, con el paso de los años, como cualquier otro órgano, la composición del ojo se va modificando, se vuelve rígido y menos flexible y esto supone que su función de enfoque se vea disminuida, al perder su elasticidad y su capacidad de acomodación, dificultando tareas cotidianas como leer o utilizar el móvil. 

¿Cuáles son los síntomas de la vista cansada?

La presbicia comienza a aparecer alrededor de los 40 años. Es la anomalía visual más frecuente a esta edad. También se relaciona con otros factores como la genética, si se pasa mucho tiempo leyendo o frente a pantallas. Esta patología se suele estabilizar entre los 55 y los 60 años. Por este motivo, y generalmente, no se recomienda operar la presbicia hasta que está perfectamente desarrollada, es decir alrededor de los 55 años.

Lo primero que se suele notar es que para ver bien de cerca necesita más iluminación que antes y que tiene que alejarse de los textos para poder leerlos bien. Esto ya nos indica que el cristalino está empezando a perder flexibilidad.

Si el esfuerzo de enfoque que se realiza para intentar ver con nitidez es constante y sostenido, la presbicia no corregida puede derivar en otros síntomas, como dolor de cabeza o fatiga y cansancio visual, que se vuelve más intenso al final del día.

¿Se puede prevenir la presbicia?

Actualmente, no existe ningún tratamiento preventivo ni curativo. Por ahora, no hay nada que podamos hacer para restituir completamente las propiedades del cristalino natural, tan solo podemos corregir la visión con gafas, o bien por medio de diferentes opciones quirúrgicas que nos ayudarán a volver a ver correctamente a distintas distancias sin necesidad de utilizar las gafas.

A partir de una dioptría de vista cansada, y sobre todo si se asocia con otros defectos de refracción, la cirugía está indicada. El gran avance de la corrección de la presbicia es combinar el láser Catalys con la eliminación de defectos de graduación asociados a la vista cansada.

En pacientes que nunca ha llevado gafas se utilizan lentes monofocales, para enfocar solo de cerca. Se suelen usar para actividades concretas como lectura, ordenador o el aseo personal.

A veces se puede operar antes de los 55 años, en los casos en el que el paciente, además de vista cansada, tenga algún otro defecto refractivo.

En casi todos los casos, la presbicia se puede corregir de forma quirúrgica. Aunque deberá ser el oftalmólogo quien indicará al paciente la más adecuada en cada caso.

 

 

Equipo IOTT

 

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